La leyenda del toro mítico que baja del Cerro Baúl cada noche de luna llena para beber agua del río y proteger los tesoros escondidos en la región es una historia cautivadora que ha perdurado en la tradición oral de Moquegua, Perú. Esta leyenda destaca la conexión entre el toro, el Cerro Baúl y la riqueza oculta en la zona.

Cuenta la leyenda que en tiempos remotos, cuando el Cerro Baúl estaba habitado por una antigua civilización, se decía que los pobladores ocultaban tesoros valiosos en sus profundidades. Para proteger estas riquezas, invocaron la ayuda de un toro sagrado, el cual era capaz de guardar y custodiar los tesoros de forma intrépida.

Cada noche de luna llena, el toro bajaba del Cerro Baúl arrastrando una cadena de oro, símbolo de su poder y conexión con la riqueza. Se dirigía al río cercano y bebía agua para recargar su fuerza, antes de retornar al cerro y velar por los tesoros escondidos.

Los pobladores, conscientes de la importancia y peligro que conllevaba intentar descubrir los tesoros por sí mismos, se resignaron a no ver al toro mítico en sus valles. En su lugar, erigieron un monumento en la entrada de la villa, como un recordatorio simbólico de la presencia del toro y su papel como protector de los tesoros ocultos.

Esta leyenda evoca una atmósfera de misterio y asombro, mientras resalta la creencia en la existencia de riquezas escondidas en las profundidades del Cerro Baúl. Además, transmite el respeto y la admiración de los pobladores por el toro mítico y su función de guardián de los tesoros.

Toro Mítico del Cerro Baúl

Aunque la leyenda solo se mantenga viva en las historias transmitidas de generación en generación, el monumento del toro en la entrada de la villa sirve como un recordatorio tangible de esta fascinante historia y del vínculo entre el pasado ancestral y la comunidad actual de Moquegua.

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